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Construcción y cimientos de la moral cartesiana. De AYUSO, J. MARÍA. Editado por UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA. traducir('Si deseas ...
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La reflexión cartesiana se debate entre dos fuerzas, centrípeta una y centrífuga otra, que mutuamente se frenan para evitar sus excesos: el endiosamiento del ego, esa "extravagancia de desear ser dioses", y su empequeñecimiento hasta la anulación, "como si no tuviera el uso íntegro de su libre albedrío". Usurpación y bajeza serían pues los ejes de coordenadas que dlimitarían el espacio cartesiano de la nueva moral, esto es, el lugar en el que el hombre generoso (que se estima en su justa medida ) ha de edificar su morada y alcanzar su felicidad. Con ambas fuerzas, se trenza el ego, cuya vida está marcada por la tensión con que se se enfrentan. Así, se definirá a si mismo según defina su fortaleza: o como fuerza que le pone en pie en disposición de caminar, o como fortificación en la que se encastilla, ajeno al mundo e insensible. Descartes no es, pues, el frío pensador de tan "racionalista" que ofrece el tópico. Esto se ve mejor al entrar por las pasiones en su pensamiento, y más de la mano de Élisabeth de Bohemia, pues podemos apreciar mejor que la transparencia de su escritura es en realidad la contención que la pasión del ego impone a las emociones que amenazan con arrebatarlo.